A lo largo de un año, la energía eléctrica producida mediante los paneles fotovoltaicos superó el doble de la necesaria para las actividades de la empresa.
Es así que Ernestomeda ha logrado compensar el anhídrido carbónico emitido durante las horas de producción y a evitar la emisión atmosférica de otras 1000 toneladas de CO2, equivalentes a la cantidad absorbida por 6000 árboles en un año.